domingo, 14 de junio de 2015

Sobremesa

Conversación de sobremesa de mi sobrina Ángela (13 años) y mi madre (77)
Ángela:  Abuela, en mi clase hay un niño gay y una niña bisexual.
Mi madre: Gay sí lo entiendo, pero ¿bisexual, chiquilla? ¿eso cómo es?
Ángela: Abuela, hija, que le gustan las mujeres y los hombres.
Mi madre: Ah...ya...bueno, entonces (y ahí pasa al susurro) ¿yo qué soy, hija?
Ángela: Hetero, abuela, tú eres hetero
Mi madre: Ah...yo por saberlo, vamos.

Jajajaja...mi familia no tiene remedio.

5 comentarios:

Marcos dijo...

Como todas las familias en la actualidad. Antes de pequeños solo nos interesaba jugar y las palabras que no se relacionaban con nuestra familia, las solíamos ignorar sin preguntar. No sé que opción es la mejor. Hay tiempo para aprenderlo todo en su momento.

Mamen Orcero dijo...

No sé yo tampoco qué es lo mejor, Marcos. Lo que sí te digo es que me gusta la naturalidad con la que estos niños ven lo diferente. Eso es bueno

Recomenzar dijo...

me ha maravillado lo bello y simple de tu texto

Mamen Orcero dijo...

Gracias, amiga. Siempre he creído que en esa simpleza está la verdadera belleza. Yo pienso que sin tener que decirlo, en estas pocas frases hay una lección de vida. La de una niña que habla con naturalidad de personas que son diferentes y la de una persona mayor, que a pesar de la diferencia de edad y de generación, lo único que le preocupa es saber qué es ella, sin juzgar lo que son los demás. Me encantó estar presente cuando se produjo.
Besos y bienvenida

Unknown dijo...

Qué bueno ver que entre una nieta y su abuela hay confianza y naturalidad para hablar de estos temas.

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